Fue la mejor decisión que pudimos haber tomado. El desayuno está muy completo, y ni qué decir de la comida a media tarde. Todo muy rico y muy variado. Siempre hay lugar dónde sentarse a comer y descansar, y ¡hasta palomitas nos dan! Es un lugar muy tranquilo, se siente seguro. Enfrente hay un centro comercial enorme para ir de compras, y es muy fácil llegar a todos los lugares de Denver desde ahí. La alberca y el spa son muy grandes, por lo que se usan agusto aunque haya más gente. Limpieza diaria. El personal muy muy atento y amable. Definitivamente, es donde nos hospedaremos cada vez que vayamos a dar una vuelta a Denver.