El hotel está excelentemente bien ubicado, enfrente de de la Catedral y de los portales. El personal es muy amable, cuenta con un muy buen restaurante con desayunos muy accesibles, mucho estacionamiento techado y vigilado.
Las habitaciones son muy amplias y modernas con el único problema de que son muy frías. A pesar de que jamás prendimos el aire acondicionado tuvimos que pedir 3 cobertores para poder dormir; y no era el clima de la ciudad, porque afuera del hotel, aunque estaba fresco (nos tocó un día de "norte"), era por mucho más agradable la temperatura. Dentro del hotel era una heladera; por más que lo comentamos en la recepción no hubo cambio; simplemente nos daban la razón y se reían, pero la temperatura se quedaba igual. Muy frío todo el hotel.