La experiencia de hospedaje en general no acompaña ni a la reputación ni al precio que este hotel cobra a sus huéspedes.
A lo largo de una semana de hospedaje, tuvimos muchas malas experiencias, y en la mayoría de los casos, los diferentes miembros del staff que generaron dichas experiencias hacían alusión a las nuevas normas del COVID 19, lo cual resultaba irrisorio y frustrante, ya que en efecto el hotel ofrecía muchas deficiencias en su servicio, pero el precio por noche se mantuvo en niveles pre-COVID (700€ x noche!). Es decir, solo excusas para un muy mal servicio ...
Ejemplos: cada vez que nos sentamos a comer en alguno de los restaurantes o bares dentro del hotel, los camareros no recogían un solo plato sucio o limpiaban la mesa, hasta el grado en que teníamos que levantarnos los clientes para limpiar nuestras mesas.
El room service siempre llevaba algún plato frío y/o pedidos incompletos.
El 31 de diciembre decidieron cerrar el bar del hotel a las 8:00 pm, con lo cual tuvimos que salir de nuestro hotel en búsqueda de otro sitio en donde pudiéramos tomarnos una copa de vino y convivir en familia (en noche vieja!!!).
No me volvería a quedar en este hotel. La experiencia en general no acompaña al precio que cobran por su hospedaje.
Javier Acuña