Una joya escondida en el corazón de Vallarta, cerca de restaurantes, bares y tiendas.
El personal súper amable desde el prearrival hasta cuando llegamos. Sonica e Iván nos trataron muy bien, amables y profesionales.
El hotel está muy lindo, cerca del Río, donde puedes desayunar, la alberca limpia y tienen un área común de cocina que puedes usar, preparar café o té sin cargo, está amenidad se agradece mucho.
Si me otorgaron el ascenso de categoría y tenía el late check out, pero por nuestras actividades nos retiramos antes. Muy recomendado